La
importancia del currículo en el proceso educativo y cómo influye la cultura en él.
Como docentes interesados en la educación debemos
preocuparnos por la forma en que vamos a transmitir los conocimientos
adquiridos, haciéndolo cada uno de una forma distinta, pero siempre enfocados a
un objetivo especial, que es el lograr que nuestros estudiantes lleguen a tener
un buen desenvolvimiento dentro de la sociedad, teniendo como base los
conocimientos, habilidades y actitudes de cada individuo para obtener
resultados satisfactorios.
Es por esta razón que la labor de un currículo debe
estar presente en las dificultades que se tienen para mejorar la enseñanza,
teniendo en cuenta las necesidades de cada ser humano.
Los maestros somos los protagonistas en el proceso
de dar solución a los problemas educativos, si no asumimos nuestro compromiso y
participación, sería difícil concretar cualquier propuesta curricular, de ahí
la necesidad que los docentes conozcamos los fundamentos teóricos y objetivos
para poder llevarlos a la práctica y a la vez replantear nuestra labor docente.
Educar y formar son dos finalidades del currículo
que debemos reflexionar, ya que éste responde a las necesidades sociales,
políticas y económicas de un país.
El currículo
no sólo puede basarse en mostrar una posible respuesta de lo que uno quiere
lograr en el ámbito educativo, sino que también debe contribuir a crear un
ambiente libre, sencillo y de apoyo para quienes lo llevan a cabo, es decir,
aplicable tanto para el maestro como para el alumno, ya que es una guía que contribuye
a tener una visión de los objetivos a lograr.
Si nuestro deseo es que los procesos educativos se
den de forma satisfactoria hay que tener en cuenta que el currículo posee:
Cuatro aspectos muy importantes y éstos ayudan a
fortalecer el proceso de enseñanza aprendizaje, dichos aspectos son: elaborar,
instrumentar, aplicar y evaluar. Todos y cada uno de estos aspectos son
importantes ya que si alguno falta, el currículo ya no llevará su esencial
relevancia, que es verificar, guiar, prever, organizar y procurar que el
aprendizaje sea satisfactorio tanto para los docentes como para los
estudiantes. Por tal motivo el currículo es imprescindible para la práctica
docente, ya que contribuye a que el docente maneje de manera más fortuita su
papel como guía de la enseñanza tanto dentro como fuera del salón de clases,
para que así pueda emplear un proceso bidireccional que permita al educando
crecer de forma integral, cubriendo así todos los aspectos importantes en su
desarrollo.
En el libro Frankestein educador, el autor Philippe
Meirieu, plantea que esté está centrado en la formación del docente y en cómo
éste debe formar a sus estudiantes con saberes específicos, significativos,
para esto es necesario adecuarnos a un mundo que cambia constantemente, cambios
en los cuales debemos intervenir los adultos, ya que nadie llega a ser adulto
sin que en ésta formación hayan Intervenido otros adultos.
Para
finalizar debemos recordar a cada instante que como educadores estamos formando
personas y no objetos inanimados, los cuales tienen diversas características,
sentimientos, habilidades, virtudes y defectos. Debemos dar las instancias para
hacer que otro ser pueda hacerse obra de sí mismo y que tenga la capacidad de
adquirir destrezas para desenvolverse en la sociedad, desarrollado al máximo
cada una de sus capacidades.
CLAUDIA ELENA GARCÍA VASQUEZ